ME acabo de enterar del fallecimiento del cantante francés Jean Ferrat. Lo escuché por primera vez en París, en el verano de 1967. Por pura casualidad. Maria. Una canción sobre la guerra de España, que sería uno de sus temas recurrentes. Viene bien acordarse de quién eras o de quién no eras a los diecisiete años, a los veinte, incluso más tarde, en qué creías, en qué soñabas. A cada cual sus mitos, sus mitologías, su educación sentimental y sus recuerdos.
Tal vez cuando Gil de Biedma escribía del embrujo de la canción francesa no hablaba exactamente de las de Ferrat, pero poco importa, algunos de esos versos le son aplicables.
Luego lo escuché mucho y no puedo entenderme sin por lo menos recordar la emoción de sus canciones, compartida con quien he compartido hasta ahora la vida. Hacía años que solo lo escuchaban sus incondicionales. Y los tenía. La gente en su soledad, en sus entusiasmos, escuchan canciones, poemas, que las modas ignoran. La gente tiene vidas que desconocemos, aspiraciones, sueños, intensos, sorprendentes en su verdad secreta.
Ferrat vivía retirado en un pueblo de la Ardèche, trabajando al margen de la industria discográfica. Fue un hombre de izquierdas y sus recitales de La Mutualité eran mítines en favor de unos valores en lo que dicen, se escucha de manera machacona, que ya no cree apenas nadie, desvirtuados, manipulados, impracticables, abandonados en ruta… Cantó como nadie lo ha hecho (con otra voz que la de Léo Ferré) a Louis Aragon en Los ojos de Elsa: Je suis pris au filet des étoiles filantes/ Comme un marin qui meurt en mer en plein mois d’août.
Hijo de inmigrante de origen ruso deportado, por sus canciones pasa la Francia de la Ocupación y de la guerra de Argelia, tan olvidada, la Francia de la Comuna, cantada por Clément, la inmigración, los movimientos de liberación, la épica de los perdedores, los poemas de Prévert, Aragon, Éluard, Boris Vian incluso en Pauvre Boris (lamentando que los sueños de Vian fueran ceniza)… Aragon sobre todo, en sus poemas de amor y en sus poemas de combate, como ese L’affiche rouge, sobre el asesinato del escritor armenio Missak Manouchian, que ha servido de base para un esplendido libro de verdadera y sólida pesquisa humana: Missak, de Didier Daeninckx, que leía estos días. Los inmigrantes patriotas. Versos y páginas que ponen sobre el tapete la verdad sangrante: los que vienen de lejos creen más en nuestras instituciones que nosotros mismos. La visión de las cosas de los estómagos ahítos es muy distinta de la de aquellos que quieren llenarlos.
Quien quiera escucharlo tiene videos a docenas en you-tube: Maria, Potemkine, Complainte de Pablo Neruda, La Commune, Aimer à perdre la raison, Ma France… o en la página de Le Monde de esta tarde.
http://www.youtube.com/watch?v=FaYBC5-HiUA