Victor Moreno. Profetas de chichinabo

He leído que Vila Matas impartirá una conferencia en que dará a conocer, a quien desee escucharlo, “su teoría acerca de los elementos imprescindibles que debe tener una novela que quiera pertenecer al nuevo siglo”.

Me gusta leer las reflexiones de escritores acerca de su trabajo. Ya no estoy seguro que me agraden las que pretenden responder al objetivo expresado en la referida charla. No sé, pero los profetas en literatura resultan ser tan patéticos como ilusos. Y los críticos siempre aciertan a agua pasada.

¿Teoría? ¿Elementos imprescindibles de la novela? ¿Novela del nuevo siglo? Me suenan y no resisto la risa.

No existe teoría que garantice una descripción convincente de novela. Encontrar una definición a gusto de todos es como la búsqueda del Grial. Más, si se afirma que lo mejor que sienta a la novela es su indefinición. Definirla sería matarla. La novela ni existe como género. El género es antigualla que no se lleva. Crítica dixit.

En cuanto a sus elementos imprescindibles, nadie ha dado con ellos. Lo único incuestionable es que cada escritor está entusiasmado con sus novelas. Así que no parece sensato establecer categóricamente qué elementos “debe tener” una novela, a no ser que sean los que aparecen en las propias. Y, si no, que le pregunten a Marías qué tal le sentarían en sus novelas una ración de ingredientes a lo Pérez Reverte.

Nadie tiene la patente en exclusiva del modelo de novela válido urbi et orbi. Y si alguien imagina que el tipo de novela que hace es la fetén, resultará tan arrogante como idiota.

¿Novela del nuevo siglo? ¿Por qué no dejarlo en novelas del primer tercio del milenio? En plural.

Ni existe una marca de novela en exclusiva, ni, menos aún, la novela.

Ni ahora, ni en el próximo neolítico.

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