Tomás Urzainqui. Impostura sobre la fundación de Arrasate-Mondragón

ArrasateLa extensión del Fuero navarro de Vitoria-Gasteiz el 15 de mayo de 1260 a Arrasate-Mondragón, tras la rebuscada dicción de Alfonso X de Castilla, ha generado la confusión sobre la fecha de fundación de la villa. Sin embargo, los documentos demuestran que dicha villa navarra existía desde muchos años antes. La  carta municipal de 1260  no significa en absoluto su nacimiento o fundación. La villa de Arrasate-Mondragón en el Valle de Leniz, con sus industrias de ferrerías y salinas, ya existía antes de la conquista castellana de 1200, al igual que San Sebastián, Vitoria-Gasteiz o el puerto de Bilbao en la tenencia de Malvecin.

Arrasate fue un cruce de los caminos que se dirigían, directamente o a través de Vitoria-Gasteiz, desde la capital Pamplona-Iruña hasta la costa. Estas vías públicas como en el resto de Navarra se llamaban “erregebidea”. La demarcación eclesiástica del arciprestazgo de Leniz, coincidente con la del citado Valle navarro, fue creada en la jurisdicción del obispado occidental de Armentia, cuya capitalidad se ha mantenido siempre, como inicialmente  lo era, en la villa de Arrasate-Mondragón.

Antes de la romanización los poblados, con una desarrollada organización vecinal, ubicados en lugares que facilitaban su fortificación “oppida”, agrupaban en ellos a la población. Muru (murugain) o gazteluzar son los nombres  genéricos que se les dan. Luego las civitates de la época de Roma son los  antecedente de los valles y las villas. Una de las localidades hacía de cabecera del Valle. En 1080 Orbita Azenariz, al formalizar una donación  en el Valle de Leniz al monasterio de San Millán de la Cogolla, nos deja la primera constancia escrita de la única villa existente en el mismo: “insuper tribuo in villa de Leniz, ubi sal conficitur, unam domum cum habitatore suo Mames, qui habet partem in salsa aqua, ut ipse et qui postea fuerit, cum illa domo serviat in S. Emiliano”. A partir del agua salada, mediante el proceso de evaporación en “dorlas”, grandes calderas de hierro a las que se aplicaba por debajo fuego de leña, obtenían la sal en el Valle de Leniz, cuya capital era la villa de Arrasate-Mondragón. Al tiempo que en las cercanías y en el monte Udala encontraban las venas del mineral de hierro que era fundido con carbón vegetal y con fuelles en las “olak” o “haize olak” moldeándolo con martillos manuales y después con la fuerza motriz hidráulica en los “errota olak”. Es decir, la mencionada ubicación “in villa” se refiere a Arrasate-Mondragón, por ser la única villa del Valle de Leniz, hasta que surgieron las villas de Salinas en 1331, Arechavaleta y Escoriaza en 1630. No se trata de la pequeña localidad de Salinas. Mondragón-Arrasate era la cabeza del Valle de Leniz con murallas y el castillo de Arrasate (Santa Bárbara)  sede con el castillo de Aitzorroz de la tenencia navarra del mismo nombre. En Navarra el derecho público y el privado están íntimamente relacionados; el Derecho público local navarro descansa en las circunscripciones de los Valles como el Valle de Leniz. Mondragón tras su separación municipal del Valle de Leniz en 1260 continuó ejerciendo sus derechos comunales (montes, campos, ríos, pastos y ejidos) en el resto del Valle de Leniz.

La condición navarra de todo el territorio, y del de Arrasate-Mondragón en particular, emerge en la historia  el año 769, con motivo del texto del historiador de Carlomagno, Eginhard, quien relata que el río Ebro nace en el territorio de los navarros. Las fuentes musulmanas describen que el territorio de Pamplona está bañado por el mar y que la entrada a Navarra por el Sur desde Al Andalus -la Hispania musulmana- se halla en el puerto de Santa Inés junto al pueblo de Montenegro (La Rioja). En el tratado de 1016, entre el rey de Pamplona Sancho III el Mayor y el Conde de Castilla, se establece que la frontera entre ambos pasa por el indicado Montenegro. Límite confirmado en el Tratado de Támara de 1134. En una donación de Oñate del 5 de abril de 1149 el conde Ladrón, llama “Princeps Navarrorum” al rey de Pamplona García Ramirez: “Ego comes Latro Dei gratia et Princeps Navarrorum (Garcia Rege in Pamplona), do tibi filio meo Beila Latronis totam meam hereditatem quam possideo in Oinati”.

No existió rechazo alguno a su propia soberanía navarra por parte de los navarros de Ipuzkoa. El territorio navarro de la actual provincial de Gipuzkoa estaba en el interior y retaguardia de Navarra, por lo que había pocas fortificaciones, que estaban dirigidas desde las dos tenencias del hoy territorio guipuzcoano: Aitzorroz-Arrasate y San Sebastián-La Mota.

La conquista de  la Navarra marítima en 1200, como después la de 1512 en la Navarra oriental, no supuso un cambio de gente, no hubo corrimientos de población. El euskara moderno se desarrolla en el ámbito social del Reino de Pamplona, o Estado de Navarra, coincidiendo la Euskal Herria contemporánea en el mismo espacio humano. La unidad de la lengua tiene su origen en la unidad política navarra. La dialectización se produjo como consecuencia de la división impuesta por la conquista castellana, surgiendo de dicha partición el núcleo occidental alrededor de Vitoria-Gasteiz y su mercado, derivándose después el resto de los dialectos, conforme se iba apagando la hegemonía del euskara como lengua principal en Navarra, tras la invasión y ocupación castellana.

La resistencia armada de los navarros occidentales a la conquista castellana ha quedado probada fehacientemente en la larga y tenaz defensa de Vitoria-Gasteiz, con los vestigios arqueológicos de las destrucciones y acciones militares de aquel año, también en numerosas poblaciones y fortalezas, así como por la permanencia de los tenentes navarros occidentales a las órdenes de Sancho VII mucho después de 1200, algunos de ellos vinculados a las familias Guevara y Mendoza: Sancho Pérez de Guevara continuó de tenente de Dicastillo y Guillermo de Mendoza tenente de Irurita en 1214. La muerte de algunos de los tenentes en el campo de batalla en Malbecin  y Treviño.

No es en absoluto cierto que antes de 1260 Arrasate-Mondragón fuese una “puebla” o poblado, era una villa ya al menos desde 1076. Es un fraude volver en 1260 a llamar villa a la villa, cuando ya lo era desde hacia doscientos años. Si no les hubieran delatado los Fueros de San Sebastián y Vitoria-Gasteiz, habrían dicho también que Alfonso VIII las había fundado al confirmar los citados Fueros tras la conquista.

La feudalización fue el sistema empleado por los reyes castellanos para combatir la resistencia que les hacían los navarros occidentales, a través de las privatizaciones tanto de la propiedad colectiva y pública (realenga) como de la función pública. En las villas la feudalización se produce por la sustitución del “concilium vicinorum” o batzarre, mediante la incrustación de una oligarquía local con presencia señorial. Los conquistadores necesitan amurallar las poblaciones para controlarlas y mantener sus posiciones en el territorio ocupado. La provincialización supuso el control castellano con la división territorial en circunscripciones bajo el corregidor castellano. Los representantes de Castilla en Guipúzcoa desde 1397 son los corregidores, castellanos en su mayoría. Entre los motivos de Castilla para conquistar Navarra estaba la apropiación de las industrias navales y metalúrgicas.

Si bien el recuerdo de Garibay está presente en este trabajo, la historiografía en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa siglos después de la conquista y separación del resto de Navarra, y hasta bien entrado el siglo XX, tuvo un marcado interés político, al objeto de argumentar la existencia del régimen foral. No se tuvo del todo presente a Navarra, pues la dialéctica planteada era ante todo entre aquellos territorios forales y su forzada metrópoli castellana. Fue a partir de la fundación de la Asociación Éuskara el año 1877 en la capital Pamplona-Iruña, que todavía era la ciudad más grande de Euskal Herria, cuando Navarra, al empuje del despertar nacional, va retomando paulatinamente la centralidad en todo su ámbito territorial histórico, así lo sostienen numerosos autores, especialmente Serafín Olave y Anacleto Ortueta.

Lo de que el nombre de Mondragón fue una ocurrencia de Alfonso X de Castilla solo tiene como apoyatura lo escrito en su carta municipal de 1260, que no fundacional, pues dice: “que avie ante nombre de Arresate e que nos ponemos nombre de Mondragón”, lo que no es suficiente para asegurar que el nombre de Mondragón era nuevo en 1260. El fraude de Alfonso X “el sabio”, la parcialidad cortesana del historiador mondragonés Garibay, cronista de Felipe II, y el negacionismo de los nacionalismos espúreos, ha inducido a algunos a considerar, equivocadamente,  la carta municipal del 15 de mayo de 1260 como el acta fundacional de Arrasate-Mondragón, cuando el mismo texto donde se copia el Fuero navarro de Vitoria-Gasteiz no dice semejante cosa, no solo como población sino también como villa, pues ya existía en ambos conceptos con anterioridad.

La descontextualización de la fecha de extensión del Fuero navarro de Vitoria-Gasteiz a Arrasate-Mondragón por el rey de Castilla Alfonso X en 1260, sesenta años después de la conquista de la Navarra marítima en 1200, es utilizada por el presentismo españolista para su revisionismo historiográfico y para negar la verdadera condición navarra de esta población y del resto occidental del territorio.

urzainqui tomas

Información del autor y libros en Pamiela.com

http://tomasurzainqui.eu/

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1 Response to Tomás Urzainqui. Impostura sobre la fundación de Arrasate-Mondragón

  1. jon says:

    El Nazional Sozialismo intentando refundar Sus Historias. Pena para la antigua villa de Mondragón. Tanto trabajo pseudointelectual para buscar diferencias y excluir.

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